Es un país que cada semana tiene su particular “Noche de los cristales rotos”. Se corta las venas casi a diario y admira las heridas con pasión y orgullo, porque entienden el sufrimiento como un legado. Justifican su irracionalidad como un marca en la piel, en su propia historia. Y entre tantas opciones para observar el tumor, si levantamos la vista y la dirigimos hacia la final entre Boca y River, podremos admirar entre medias un río con miles de cadáveres; cuarenta millones, para ser exactos. La solución no existe. No se puede parar la violencia cuando la violencia misma es que la dirige el destino de la Argentina. Su futuro pasa por las manos de los seres humanos más oscuros del planeta. Su pasado también lo hizo, y el presente provoca casi el mismo terror que provocaron aquellos años encerrados a cal y canto en la memoria colectiva. Argentina no puede salvarse.
Escribo estas líneas como quien pone un clavel en el fusil aún sabiendo que la guerra es inevitable. El partido se jugará y todos fingirán estar de fiesta cuando lo que allí se celebra es un funeral. Casi por pura redención propia y por dedicarle unas palabras sinceras al país que matizó mi existencia durante mucho tiempo, quiero confesarte, Argentina, que te quise y siempre te querré, pero me avergüenza lo que eres. En lo más profundo de ti sé que hay esperanza, aunque a estas horas todos la hayamos perdido. Ya te hemos abandonado. La herida es demasiado profunda. No serán River y Boca los culpables de ejemplificar el caos, es la misma Argentina mirándose en el espejo.
FUENTE: https://alacontra.elindependiente.com/boca-river-opinion/
Resuena en mis oidos una frase sobre la Argentina que vi en un documental sobre la prima donna Maria Callas: “Todos los fascistas del mundo estan aquí”
Y puedo agregar sin temor a equivocarme: Uno de los países más racistas del continente y que no lo niegan. Se dieron cuenta que la selección Argentina no tiene negros?
Xel